Carlo Buzzetti Experto Biblista |
Decálogo del experto biblista, Carlo Buzzetti
El
cine sigue inspirándose en la Biblia para ofrecer obras de resultados
dispares, que suelen ser emitidas por los canales de televisión con motivo de
la Navidad o Pascua.
La
relación entre el cine y la Escritura no es fácil. No siempre es fácil
saber cuáles son las películas, basadas en relatos bíblicos, que pueden ser
un buen instrumento para acercarse a la Palabra de Dios y cuáles en cambio
deforman y traicionan el mensaje revelado.
Carlo
Buzzetti, experto biblista, ofrece en el diario italiano Avvenire un
decálogo con pistas interesantes para poder hacer una elección acertada.
1.
La relación Biblia-cine es de tipo jerárquico-prioritario. El cine está al
servicio de la Biblia y no al contrario. Las dos realidades no son nunca
intercambiables.
2.
La relación Biblia-cine es de tipo circular. Por una parte, la Biblia
proporciona argumentos al cine. Por otra, el cine puede ayudar a captar en los
textos bíblicos algunos aspectos que antes permanecían escondidos.
3.
La relación no es nunca de tipo sustitutivo. Ya que Biblia y cine no son
realidades equivalentes, ningún filme puede nunca ponerse en lugar de la
Biblia. Aunque es verdad que, para muchos, la Biblia casi no existe si no
existe el apoyo de un filme.
4.
Una película bíblica es buena si invita a acudir a la Biblia. Un producto
cinematográfico puede venir antes de la Biblia o después de ella. Primero,
para provocar el deseo de leer la Biblia. Después, para comentar un texto bíblico
ya conocido y para invitar a releerlo.
5.
Un filme bíblico es como un cuadro. En la relación con la Biblia, es bueno
si ayuda a descubrir algunos matices que antes no habían sido percibidos por
los lectores de la Biblia.
6.
Un filme bíblico es bueno si ayuda a los destinatarios a comprender mejor
también algo de la existencia humana en general. Por tanto, si ayuda incluso
a los mismos espectadores a comprender mejor algún aspecto de su vida.
7.
Sobre todo, es problemática y errada la perspectiva del enfrentamiento
radical y recíprocamente exclusivo que dice: “o la Biblia o el cine”. En
cambio, cada intento de amistad puede nacer sólo en la perspectiva de la
convivencia y de la colaboración.
8.
La relación Biblia-cine se sitúa dentro de una cadena más amplia de
relaciones y de jerarquías. Desde la Palabra, pasando por la palabra
proclamada, repetida, escrita, la predicación, la catequesis, la escuela, el
arte y el cine. Pero hay que subrayar que ninguna palabra profética puede
sustituir a la Palabra de Dios, de la misma manera que ninguna obra de arte,
teatro o cine puede agotar o sustituir las traducciones escritas de la Biblia.
9.
Un buen filme bíblico está al servicio de la Biblia. Pero la superioridad de
la Biblia no es de tipo exclusivo-dictatorial. Para ser comunicada
continuamente la Biblia pide siempre ser traducida al papel y a cualquier otro
medio audiovisual.
10.
Toda traducción no es buena en sí, sino “buena para...”. Quien defiende
la legitimidad de las traducciones cinematográficas no puede sostener que
todo filme bíblico sea bueno. Hay que evaluar uno a uno. Hay que verificar si
un filme tiene alguna cualidad-ventaja en relación a un fin, es decir, si el
filme es “fiel”, si es “bueno para...” comprender la Biblia.
Carlo
Buzzetti concluye al exponer este decálogo: “He visto que cuando una
discusión sobre un filme bíblico está precedida y guiada por este decálogo
resulta más sólida, más seria y más serena”.
Cf.
Zenit, 16-11-2001.
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